aunque siempre me verás detenerme en las floristerías y pasear de tanto en tanto en el campo. Las flores siempre me han llamado la atención por su belleza, sus formas, sus colores y su simbología. De hecho, intentando conocer más sobre qué significaba cada flor, creé una Newsletter Personal llamada FLOR.
Con 25 años me aficioné a comprar flores para hacer arreglos. Monté una mesa en una de las habitaciones de casa y ahí me entretenía horas creando y explorando con flores. Para mí era una especie de terapia, y con el tiempo vi que no era la única.
Estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero agitada por una crisis personal decidí formarme e hice un Máster en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional y posteriormente me especialicé en el Coaching Emocional y la Arteterapia. Me adentré en el maravilloso mundo del autoconocimiento y el desarrollo personal, y fue un antes y un después en mi vida.
Soy PAS (Persona Altamente Sensible), y para mí las emociones siempre han sido algo incontrolable y que, en algunos casos, debía suprimir y no mostrar. Hasta que me di cuenta de que, precisamente, eran la brújula interior que me llevaba a tener equilibrio y bienestar, sobre todo mental.
En Coquelicot he querido unir las flores y el autoconocimiento para transmitir la metáfora de que todas las personas, si sabemos qué nos cultiva, qué nos alimenta y qué nos cuida, podemos llegar a florecer.
aunque siempre me verás detenerme en las floristerías y pasear de tanto en tanto en el campo. Las flores siempre me han llamado la atención por su belleza, sus formas, sus colores y su simbología. De hecho, intentando conocer más sobre qué significaba cada flor, creé una Newsletter Personal llamada FLOR.
Con 25 años me aficioné a comprar flores para hacer arreglos. Monté una mesa en una de las habitaciones de casa y ahí me entretenía horas creando y explorando con flores. Para mí era una especie de terapia, y con el tiempo vi que no era la única.
Estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero agitada por una crisis personal decidí formarme e hice un Máster en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional y posteriormente me especialicé en el Coaching Emocional y la Arteterapia. Me adentré en el maravilloso mundo del autoconocimiento y el desarrollo personal, y fue un antes y un después en mi vida.
Soy PAS (Persona Altamente Sensible), y para mí las emociones siempre han sido algo incontrolable y que, en algunos casos, debía suprimir y no mostrar. Hasta que me di cuenta de que, precisamente, eran la brújula interior que me llevaba a tener equilibrio y bienestar, sobre todo mental.
En Coquelicot he querido unir las flores y el autoconocimiento para transmitir la metáfora de que todas las personas, si sabemos qué nos cultiva, qué nos alimenta y qué nos cuida, podemos llegar a florecer.
aunque siempre me verás detenerme en las floristerías y pasear de tanto en tanto en el campo. Las flores siempre me han llamado la atención por su belleza, sus formas, sus colores y su simbología. De hecho, intentando conocer más sobre qué significaba cada flor, creé una Newsletter Personal llamada FLOR.
Con 25 años me aficioné a comprar flores para hacer arreglos. Monté una mesa en una de las habitaciones de casa y ahí me entretenía horas creando y explorando con flores. Para mí era una especie de terapia, y con el tiempo vi que no era la única.
Estudié Publicidad y Relaciones Públicas, pero agitada por una crisis personal decidí formarme e hice un Máster en Programación Neurolingüística e Inteligencia Emocional y posteriormente me especialicé en el Coaching Emocional y la Arteterapia. Me adentré en el maravilloso mundo del autoconocimiento y el desarrollo personal, y fue un antes y un después en mi vida.
Soy PAS (Persona Altamente Sensible), y para mí las emociones siempre han sido algo incontrolable y que, en algunos casos, debía suprimir y no mostrar. Hasta que me di cuenta de que, precisamente, eran la brújula interior que me llevaba a tener equilibrio y bienestar, sobre todo mental.
En Coquelicot he querido unir las flores y el autoconocimiento para transmitir la metáfora de que todas las personas, si sabemos qué nos cultiva, qué nos alimenta y qué nos cuida, podemos llegar a florecer.